ensoñaciones inspiradas
Reflexiones, interpretaciones y otras yerbas
lunes, 6 de julio de 2020
Diario del fin del mundo #8
domingo, 7 de junio de 2020
Diario del fin del mundo #7
Día 72
“Quizá existe una palabra para designar lo contrario del duelo, lo que se siente no después de que alguien muere sino cuanod de súbito recuperamos a alguien que había permanecido ausente hasta de nuestros sueños.” Alejandro Zambra.
Día 73
Recuperar personas es una sensación extraña y calurosa. Me asusta y me ilusiona. El contraduelo me revoluciona y me mantiene ocupada.
Siempre sufro en alguna parte.
Hacernos cargo de nuestros deseos ¡vaya tarea!
Día 74
Yorgos Lanthimos es unx de mis cineastas favoritos. Esta semana vi Doogtooth y Alpes. Los universos enrarecidos, contenidos y violentos, llenos de poesía y humor negro me interpelan. Sus encuadres poco convencionales aportan a los planteos filosóficos con que carga sus historias. En todas las películas que vi hasta el momento, (The lobster, El sacrificio del ciervo sagrado, La favorita) les tapa los ojos a, por lo menos, unx de sus personajes, o incluye ciegxs. Lo que vemos y lo que no, lo que podemos hacer y cómo lo hacemos teniendo y no teniendo visión. ¿Qué vemos cuando vemos? ¿Qué nos muestran? ¿Cómo sentimos cuando vemos? ¿Cómo la vista nos condiciona?
En Alpes el planteo es la sustitución de personas, cuando muere alguien sus allegados contratan actores para que lxs reemplacen. En Dogtooth sustituye significados y significantes. Habla de la tiranía y responsabilidad que implica formar una familia, pone a la cabeza un padre que abusa del poder y miente para “cuidar” a sus hijxs. Muestra que el adentro puede matarte. El sexo y el incesto es algo recurrente en sus películas, escenas delicadas y pausadas con una carga de violencia inusitada. Busca incomodarnos, confundirnos, romper las estructuras (visuales) que conocemos para hacernos reflexionar. Sus personajes parecen no tener alma.
Día 75
Voy a empezar a subir consignas de escritura a las redes de La Biblio. Siento que participar me nutre.
El sol me pega en la cara, cierro los ojos en silencio.
Norita trajo unas flores que nos ayudan a relajarnos y, como ayer, nos dan ataques de risa.
El indoor se activó de nuevo con unas luces provisorias que armó Nacha, funciona bien. Las plantas crecen, lentas, a su ritmo pero crecen.
Hoy empiezo taller con Verónica Yattah.
Día 76
El taller estuvo re bien. Conocí un par de editoriales (Viajero insomne, Salta el pez y Baltasar editora) y a la poeta Daniela Camozzi, me fascinó. Charlamos sobre la relación entre traductora y autora, la traducción como acto político y de amor, sobre que ningún acto de escritura es un acto inocente, coincidimos en que leemos con nuestra historia encima y en cómo la poesía es un lenguaje no propagandístico, un pacto no utilitario que nos recuerda que hay otrxs.
Día 77
Aves y un zorrito en el jardín
cuatro caballos, un potrillo, un burro
patos, gallaretas, perros, gatos
hoy me crucé con todos estos seres vivos.
Día 78
Hoy empiezo el taller de Andi Nachón. Poesía argentina contemporánea
Mientras leía Desarticulaciones de Sylvia Molloy, libro corto e intenso que reflexiona sobre la memoria, el olvido, el lenguaje, la palabra, la comunicación, los vínculos… un ave pequeña de pecho amarillo y casquito rojo voló sobre la parra pelada y se posó sobre sus ramas.
¿Será que la distancia física nos acerca emocionalmente?
Día 79
El taller de Andi me levantó el ánimo y me activa la mente. Pensar sobre el lenguaje, sobre nuestra subjetividad e identidad, sobre el silencio y leer autoras argentinas, voces claves de nuestra cultura, me nutre. Vimos cómo se instala un yo femenino y como la tensión con el lenguaje atraviesa a todas las mujeres en tanto niega nuestra condición. Hay que apoderarse del lenguaje en términos de apoderarse de una cultura, encontrar nuestra subjetividad, ubicarse como sujeti hablante en un lenguaje que nos construye como objeto. Leímos y hablamos de Alejandra Pizarnik, Rosario Castellanos, Juana Bignozzi, Susana Thenon e Irene Gruss.
Hay en el silencio una clave.
El cotidiano como certeza para ordenar el mundo.
Pensar en términos de sonoridad.
Posibilidades de escritura que comprenden las lecturas.
La hora del poema existe.
Día 80
Salimos del aislamiento obligatorio,
ahora solo rige el distanciamiento social.
Nos podemos ver, nos podemos encontrar
peor no tocar,
podemos salir pero no permanecer,
podemos interactuar pero con protocolos.
Por la ventana pasan imágenes como si fuera la Tv,
me entretengo con las ramas peladas de los árboles
en contraste con el celeste
del cielo despejado, con el vuelo matinal de las aves,
de fondo, las montañas.
Releyendo Desarticulaciones me pregunto
si no tenemos nuestro recuerdos ¿Qué nos queda?
¿El presente?
¿Se puede concebir el futuro si no tenemos conciencia del pasado?
Si nuestra historia personal se nos olvida
¿Quienes somos? ¿en quienes nos transformamos?
Recuerdo al abuelo Luis
perdido en su laguna mental
cristalina como sus ojos
y en sus chispazos de lucidez,
en su mirada clara y llena de cariño
llena de quietud y tristeza.
Recuerdo las travesuras involuntarias
y sus gestos amorosos, genuinos
primero el bastón, luego
la cama ortopédica en el living,
a la abuela cuidándolo hasta el final de su vida
la fortaleza y el amor aguerrido de esa mujer.
Día 81
Acaricié un caballo, vi cotorras, me quemé el paladar, tomé sol. Hace un rato un camión mordió una piedra y rompió el vidrio de la puerta. Ayer vino un zorrito a la puerta de casa, se sentó y nos miró, le dimos una manzana que agarró cuando nos alejamos.
Le mandé mensaje a Mati contándole un recuerdo (que incluye una lluvia torrencial) de cuando teníamos quince/dieciséis años que me vino a la cabeza. Trajo a la charla una noche de lluvia y besos en Roma, escena romántica que tengo borrada de la memoria, de Roma recuerdo poco, parece que nos peleamos bastante. Me dijo que me quiere ver y que me quiere abrazar. Si sucede, ese abrazo va a ser una reconciliación, un cierre a aquella época de dolor y errancia. Un poco me resisto pero no me quiero asustar o negar a recuperar personas y terminar de sanar heridas viejas. El pasado no puede repetirse porque soy otra.
Ayer hablé con Andrés, lo escuché bien, no reímos. Hoy crucé algunos mensajes con Mechi, mi amiga de los siete años con la que no hablaba hace más de quince.
¿Y si la nueva normalidad vira a que no dejemos de usar los barbijos nunca más? ¿Y si la nueva normalidad implicara que en el futuro, por decreto universal, no se pueda vivir sin una mascarilla puesta?
domingo, 31 de mayo de 2020
Diario del fin del mundo #6
domingo, 24 de mayo de 2020
Diario del fin del mundo #5
El mundo es diferente dijo y todo quedó en pausa desde ayer.
Tenemos que aprender nuevas formas de cuidarnos.
Día 53
Estamos en Zona Blanca y pasamos a Fase 4, significa que no hay contagios en la ciudad y que flexibilizan el aislamiento. Se puede salir a dar una vuelta corta. Los nuevos términos militares-apocalípticos me inquietan un poco.
La caminata me despejó la mente, me aireó las emociones. Tantas veces me imaginé paseando por la naturaleza que hacerlo me llena de alegría. Todo a unos pocos pasos de nuestra nueva casa. Nos cruzamos con Chochi, una señora que bien podría ser la bruja de Blancanieves. Nos preguntó nombres y apellidos y dónde vivimos, le respondimos esquivas.
Día 54
El mundo como lo conocemos cambió pero Ene me dice bella y yo me contento como hace un año y medio atrás.
Día 55
Corregí un poema, mejoró.
El proyecto Biblioteca camina.
Día 56
Me dice que me extraña.
No me miente ni me dice la verdad.
No le creo pero me hace bien que me lo diga.
Día 57
Lo recuerdo con ternura.
Extraño que nos leamos poemas desnudxs en el medio de mi cama.
Día 58
Charlamos una vez por teléfono: un poco de política, un poco del Covid y cómo nos pega el aislamiento, un poco de cine, un poco de los viejos tiempos, me contó de sus proyectos, de su vida en familia; yo le conté de los míos, de mi nueva vida en las sierras. Por redes intercambiamos algunas recomendaciones de libros, de series, de películas. Pero hoy sacó el tema y recordamos la noche romana en la que nos acariciamos semidesnudxs en un cuarto donde no eramos lxs únicos. Recordamos la borrachera, las risas, nuestra juventud exultante, la mística de esa casa, la conexión entre nosotrxs, la intensidad del momento y la frustración. No voy a mentir, hubiese estado bien tener sexo virtual o algo por el estilo pero, en cambio, me negué a sus juegos sexys.
¡sororidad hermana!
Una cosa es recordar y otra cosa es otra cosa. Repetir mecanismos viejos gastados obsoletos, no está bueno. Me dijo que tengo razón y que le sirve mi sinceridad para repensar cuestiones. Me gustaría creerle pero no lo hago.
Día 59
El pasado se presenta de diferentes maneras. Lili me mandó un montón de fotos (que no sabía ni que existían) de cuando éramos felices y nuestra familia aún no estaba desmembrada.
Nos abrazaría a todxs en esa época.
Me hizo bien volver a verme niña.
Me hizo bien verme abrazada a mi papá y de la mano de mi mamá.
Me hizo bien hablar con Lili.
Día 60
Fue un día de verano en pleno otoño. Tomé sol bastante tiempo.
Vi naranja con los ojos cerrados, aves y mariposas.
No puedo parar de pensar ni sentarme a escribir.
Día 61
Bowie se cayó a la pileta, vino todo mojado con la cabeza seca, asustado y más flaquito.
Hablé Con Fer, es como si hubiéramos hablado ayer aunque haya pasado tanto tiempo. Nuestras vidas cambiaron radicalmente, ella es madre hace un año; yo me mudé de provincia. El abismo entre las dos empezó mucho antes. La idea es estar más conectadas. Me ilusiona poder rescatar nuestra amistad. Espero que podamos lograrlo.
Hablé con Pablo, es divertido y me hace preguntas que me ayudan a acercarme a mí: ¿qué te apasiona? ¿qué tiene que tener un poema para ser bueno? y cosas por el estilo.
domingo, 17 de mayo de 2020
Diario del fin del mundo #4
"Ojalá estuvieras acá" disparó. Intento
resistirme pero hay algo del deseo manifiesto que me conmueve
y me enternece (y también
me fastidia que no me lo diga quien quiero que me quiera).
Cuando me cae bien me caigo mal.
Me cae bien cuando no intenta convencerme de no sé qué cosas, eso me irrita. Me irrita el modo adolescente,
me irritan los recuerdos. Intento
superarlos junto con
la idea latente de que ser vulnerable es ser débil
contándole lo que me pasa.
Diez años después mejor decir que callar.
Tomé
tres whiskys y
tres copitas de vino,
todo es más gracioso, más liviano.
Tomé
dos whiskys más y
un ron con naranja.
Día 43
Resaca.
En la ducha me entró agua en los oídos, por un rato pareció que estuve bajo el agua. Los sonidos distorsionados, las ideas cerca, el corazón al alcance de la mano y el mundo cotidiano suspendido.
Día 44
Me había olvidado lo bien que me hace vestirme de manera decente y salir a la calle. La vista panorámica de La Falda me airea la mente.
Pensé en él y no me importa si está bien o si está mal, no quiero.
Cruzar la frontera de la cordura sin miedo de olvidar el camino de regreso.
Prestar atención, despojarse de lo accesorio.
No insistir en los errores. Tener paciencia.
Flotar. Fluir. Amar sin temores.
Respirar.
Día 45
Clorofila.
Luces en la pileta.
Lo impuesto y lo que hacemos de otra manera.
C es mi mejor fantasía.
Le pongo su cara al amor que pretendo.
Día 46
Soñé que cumplía siete años y que mi papá no llegaba a la fiesta. Mi mamá había decorado con fotos una pared de la casa que no era ninguna de mis casas. Yo me dedicaba a mirarlas y a esperar que llegue mi papá sentada en un sillón comiendo bolitas de cereal bañadas en chocolate. Un hombre al que no le vi la cara se sentó enfrente mío y me explicó que él no podía venir porque estaba muy lejos. Un momento antes de despertar recordé que había muerto.
Es domingo,estoy triste y aburrida.
Día 47
Mi imaginación
quiere pensar que seríamos
una pareja alegre, comunicativa y osada
pero se que no, que más bien todo lo contrario.
Vi el amanecer antes de irme a dormir.
Comienza el frío y no hay nadie a quien abrazar.
Día 48
Lo bueno de que los árboles
pierdan las hojas y los colores
es que se ven los pájaros,
que son muchos, posados sobre las ramas.
El pasto crece
y todavía
sigue habiendo flores.
Día 49
No pasó nada. Pasó de todo.
Día 50
Todo parece extraño y es tan natural.
Me quedo quieta y aunque no parezca el mundo se mueve.
Sólo resisto el paso del tiempo mirando pantallas.
Día 51
Me desperté. Sufrí. Me voy a dormir.
domingo, 10 de mayo de 2020
Diario del fin del mundo #3
Es domingo, todo el día me dediqué a leer y me voy a permitir no reflexionar y evitar la caída libre. Terminé Apegos feroces. Su sinceridad me hizo sentir liberada y triste.
Día 33
Mariano me habla del dolor, me cuenta del suyo y del trance de la mañana. Es cierto que cuando el dolor es fuerte y constante todo lo demás se desdibuja y el tiempo se vuelve una masa amorfa sin principio ni final. Recuerdo sus gritos de dolor y el sufrimiento, el letargo eterno, los pasillos del hospital, mi impotencia, nuestra angustia, el cansancio, sus descansos velados y la certeza de saber que el dolor iba a aparecer una y otra vez sin reparos y que de la morfina no hay vuelta atrás. El encierro empieza a hacer estragos en mi. Si bien la cárcel que nos conseguimos es espaciosa y luminosa, hay algo de la obligatoriedad que me sofoca la mente. Los miedos y las inseguridades se pasean dentro mío, se vuelven ansiedad, monotonía.
Creció una flor violeta en el medio del jardín.
Vence tus miedos;
cada uno de ellos es un deseo
que se camufla.
Gurdjieff
Día 34
En el sendero que la gente del lugar armó detrás del alambrado del terreno lindante hay una piedra que parece un zorro echado. El otoño se hace presente y la copa de los árboles se llenan de colores cálidos. Que me guste alguien sin estar obsesionada es un pequeño paso para la humanidad y un gran paso para mi persona. Accionar es la clave.
Día 35
Hoy va a haber una lluvia de meteoritos (nos la perdimos, fue ayer). Hace calor y el viento suena como una cortina de agua. Gustó la propuesta que hice en la biblioteca, la idea es posicionarla y expandirla más allá del territorio. Nuevo desafío. Me uní a un grupo de facebook que es una biblioteca virtual, bajé libros como en trance, espero leerlos con la misma velocidad.
Día 36
Quisiera ser una medusa.
Deslizarme ágil y fluidamente bajo el agua.
Sentir el elemento denso sostenerme.
Avanzar liviana.
Día 37
Noto los estragos que el aislamiento social obligatorio empieza a hacer en mi mente y en mis sentimientos y pienso en los encierros que no son voluntarios.
Me acuerdo de Walter, que estando preso se volvió evangelista ( más para no pasarla tan mal que por convicción, creo). En lo desquiciante que debe ser vivir tras las rejas en condiciones de hacinamiento y violencia constante.
Recuerdo con tristeza el geriátrico donde abandonaron a la tía María, lleno de viejitxs esperando la muerte solxs y maltratadxs.
Imagino a esas mujeres que no pueden escapar del círculo de la violencia machista y viven sometidas, maltratadas, amenazadas, perseguidas, temerosas y en tantos casos finalmente mueren, es decir, son asesinadas.
Día 38
Terminamos la segunda temporada de After Life, una serie escrita y protagonizada por Ricky Gervais, una comedia negra exquisita. Quedé golpeada, ahora voy a llorar por cualquier boludes mínimo una semana.
Día 39
El jardín está cubierto de gotas plateadas, benteveos de pechitos amarillos y antifaces negros, una especie de gorriones regordetes, unas avecitas de pico largo y la estrella del día, un pájaro carpintero atigrado de copete rojo. Por la ventana veo también las hojas amarillas de los árboles y la bruma otoñal.
Vicente duerme estirado a mis pies.
Hoy la lluvia y el silencio me calman.
Día 40
Dormí. Desayuné. Leí. Comí. Dormí.
Día 41
Soñé que hacía parapente por la ciudad con Andrés. Aterrizaba en la esquina de la casa de mi infancia. En el PH estaban mi mamá y mi tía mirando la tele en la habitación de mi mamá. Las extraño a ambas de maneras diferentes, las abrazo en mis sueños.
La noche está fresca y despejada. Después de tantos días lluviosos está bueno ver nítido los árboles, ver las estrellas.
Laburé en el proyecto de la biblioteca, me pude concentrar un rato largo. Me está por venir. Tengo un hambre voraz y ganas de llorar, no va a tardar en aparecer el fastidio.
domingo, 3 de mayo de 2020
Diario del fin del mundo #2
Le conseguí clonazepam al perro.
Dormí una siesta.
La música por su propia cualidad no puede ser triste.
Amplios espacios blancos, luminosos, perfumados.
De golpe hay gente que queda tan lejos que no sé cómo volver.
La única certeza en este lío es que ya no tiene poder sobre mí.
El orden no existe.
No le conté ni que le escribo poemas ni que me gusta tanto pero la invitación está hecha.
No se si considerarlo como un pequeño acto de valentía o una cursilería espantosa.
desmotivada.