sábado, 27 de junio de 2015

Martirio mío


Iluminate con mi luz, besame.

Castigame, llamame amor.

Volvamos fantasía nuestra realidad.






Subterráneo Línea A combinación con Línea D hasta Congreso de Tucumán

Mayo 2015. 


Un jueves



mientras leo en una caja subterránea que avanza, una criatura de no mas de nueve años reparte almanaques a cambio de un poco de humanidad y alguna moneda que nos sobre a todos los que chequeamos el celular, escuchamos música, leemos o simplemente lo ignoramos porque solo nos interesa llegar rápido a casa o a dónde sea que estemos yendo bajo las ordenes falsas de esta vida burguesa que nos tocó



Otro jueves



Suspensión  de la realidad como la conocemos. 

Paréntesis entre la tierra y los círculos del infierno.
Marea subterránea de almas anestesiadas que corren en una noche eterna y se chocan en una carrera inútil por llegar a ningún lado.



Febrero 2015.



Soy propensa al sufrimiento.

La angustia existencial de nacer para morir me devora. 

Cien años de soledad: interpretación.



La historia comienza con una regresión al pasado a partir de la memoria evocando un recuerdo frente a la certeza de la muerte. “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota…”
Cien años de soledad refleja recurrentemente la idea de la importancia de la memoria tanto para evocar el pasado como para eludir a la pérdida y siempre para enfrentar al presente. Hace alusión a la necesidad de recordar. Distingue un pasado muerto que quiere pasar por presente vivo y un presente vivo que recupera el pasado.
El olvido aparece como parte constituyente de la memoria y está omnipresente en la novela como elemento de la trama. El olvido y el rol del lenguaje para la creación y la percepción de posibles discursos junto con la dependencia de la memoria colectiva que dan los marcos sociales son elementos fundamentales del recuerdo. La memoria se forma entre los esquemas establecidos en una sociedad y  su orden simbólico colectivo. Es decir, cualquier recuerdo existe dentro de un contexto. Los recuerdos aparecen como contingentes, arbitrarios y dependientes de la situación del que se acuerda.
La enfermedad del insomnio junto con la amnesia colectiva del pueblo representan la pérdida de la memoria colectiva. Marca una contraposición entre olvido y memoria. García Márquez revisa las creencias esenciales de la sociedad y las relativiza. El peligro genera diferentes respuestas frente al olvido: la escritura, el restablecimiento del pasado a partir de lectura de cartas y el proyecto de construcción de una “máquina de la memoria”.  Aparecen otras técnicas de conservación como las prácticas juglares de Francisco el Hombre  y las canciones como manera colectiva y oral de la memoria. En este contexto el lenguaje se utiliza como medio del recuerdo para la reconstrucción de la memoria. Esta peste afirma la victoria del lenguaje pero también de la identidad. 
El eje  memoria-olvido puede observarse en el enfrentamiento entre conservadores y liberales y entre explotados y explotadores. Las facciones dominantes hacen uso del poder escrito mientras que los liberales y los antiimperialistas hacen uso del carácter oral de la cultura. Por otro lado existen acontecimientos que residen en el subconsciente y no se dejan eliminar de la memoria: la descendencia con cola de cerdo y el trauma de Prudencio Aguilar por ejemplo. Aparece así el concepto de memoria involuntaria.
El tiempo lineal (la vida de estos personajes narrada en los pergaminos)  cede lugar a un tiempo circular ya que carece de una definición temporal explícita y se detallan acontecimientos pero sin precisarlos. Hay constantes saltos del presente al pasado y repentinamente al futuro. Advertimos que el tiempo es cíclico porque ocurren acontecimientos que se repiten una y otra vez. No es una circularidad armónica sino una circularidad infeliz que está marcada por el fracaso. La historia de esta familia es una historia de repeticiones. El movimiento circular e inútil simboliza la frustración individual y colectiva.
Se repiten los nombres y cada uno implica rasgos típicos. Las características de los personajes se heredan de generación en generación. Los nombres Aureliano y José Arcadio nos hablan del eterno retorno, de la historia cíclica. Entre las mujeres se repiten las Úrsulas, las Remedios y las Amarantas.  En esta identificación de rasgos comunes se pierde la individualidad. Todas las generaciones construyen continuamente para destruir, prisioneras de un círculo vicioso (José Arcadio Buendía con los pescaditos de oro, el Coronel Aureliano con las 32 guerras, Amaranta teje y desteje el sudario, etc.). La división entre las funciones de los hombres y de las mujeres perdura los cien años: los varones son activos y productores, trabajan, se enriquecen, van a la guerra o están dispuestos a lanzarse a aventuras descomunales. Las mujeres permanecen en el hogar, se ocupan de las tareas domésticas, en tiempos de crisis pueden generar algún negocio casero como los animales de caramelos o las rifas. Los hombres son caprichosos, soñadores, propensos a la ilusión, débiles y descarriados. En cambio las mujeres son sólidas, constantes y modelos de estabilidad y orden. Mientras que los hombres son amos y señores del mundo las mujeres son amas y señoras del hogar. Tiene una autoridad ilimitada sobre los hijos y nietos, aún cuando estos crecen. Deciden desde la cuna la vocación de los varones o el final de las mujeres. Existe una atracción apasionada entre los miembros de la familia.
Los personajes con más de cien años representan la tensión tradición-modernidad. El pasado no se pasa y el futuro no se advierte. Los vivos están muertos y se abstraen de la realidad en un largo período de no existencia. Hay una suspensión entre el mundo de los vivos y el de los muertos que genera que lo inactual adquiera una actualidad problemática. Los muertos representan un pasado no superado. Son muertos que no se mueren  y se congelan en las obsesiones que los caracterizan. Simbolizan un pasado tormentoso.
Tanto los fluidos como el color amarillo son aspectos recurrentes. Simbolizan en la novela lo trágico, la descomposición, la muerte y la pasión. El amarillo es el signo precedente de la sangre. Amarillas son las bananas y también el tren que transporta cadáveres. Amarillas son las flores que caen del cielo cuando muere José Arcadio Buendía, las que salen en el vaso con los dientes de Melquíades, las que el caballero le da a Remedios, la bella, de manera de cortejo antes de morir por su amor.  Amarillas son las mariposas que acompañan la relación amorosa y trágica de Meme y Mauricio Babilonia. Los fluidos aparecen como metáforas que se desbordan, fluyen o dan asco como en cuestiones escatológicas. Generalmente están relacionados con lo corporal,  la pasión o con la muerte.
Cabe observar que el olvido y la negación de la memoria están relacionados con episodios apocalípticos. El olvido influye en la vida de Macondo. Varios  puntos importantes de la novela residen en lo dudoso de la memoria, tanto individual como colectiva. La memoria constituida por selección, restringida por el olvido, formada por el lenguaje y reconstruida en función del contexto constituye un elemento fundamental en la obra de García Márquez. El libro en si es un espacio, una “máquina de la memoria” que mantiene vivo el recuerdo del reprimido.

martes, 16 de junio de 2015

Los espejos me deforman y el tiempo me acaricia.
Me sumerjo con la noche en esta calma solitaria y musical.
Pienso y muero al instante.
¿Hay algo que no deteste de él?
No quiero pensar. No quiero morir

Retratos familiares (Construcción de los recuerdos)

En blanco y negro, en marcos ovalados, rectangulares, sin marcos. Álbumes cargados con caras, gestos, momentos estáticos e infinitos. Parte del alma que se pierde en cada fotografía como en cada nostalgia, en cada beldad, en cada dolor. Generación y regeneración. Generaciones. Pasado, presente y futuro.
Ancianas centenarias dignas del realismo mágico con el que García Márquez nos cuenta el mundo; niñas futuro que juegan sonrientes y despreocupadas; amigos hermanos; tíos, primos, espacios vacíos, mi mamá, y entre todos amor.
Cambios. Movimiento. Cuatro generaciones en plena transición. Cada uno de sus integrantes con su particular estilo y todos con algo en común: la familia que nos tocó.
Con sus luces y sombras, sus desvíos, silencios y empastados. Con la alegría del compartir y construir.
Reconstrucción de escenas que después serán recuerdos. La memoria como capacidad de conservar pensamientos para luego reproducir estados de conciencia ya experimentados.  Sensaciones.
Memoria y olvido, ejes opuestos de un mismo plano que se complementan.
Complemento y no suplemento. Lo que suple no completa. Lo que completa llena, desborda, anima.
¡Ánimo! Somos extraños obligados a reconocernos familia, a reconocernos personas, a reconocernos humanos, animales, pasión, llanto, vida, emoción, acción, alivio, recuerdos del futuro. Ánimo desconocidos, conocidos, parientes, vecinos, hormigas, jarrones, cielo sin edificios ¡no estamos obligados a nada!
La nada también es algo, es todo, somos vos y yo, ustedesnosotrosellos, todos los verbos y sus conjugaciones, los pavos reales, los ruidos, los sueños, la imaginación y tu boca roja. Roja como la manzana que voy a comer para perder el paraíso y ganar infiernos.
Infiernos humeantes que incendian e implosionan jardines y esparcen de manera centrífuga sus cenizas que danzan arremolinadas entre los miedos y las pasiones, entre todo lo que pude ser, fue y no será. Círculos viciosos. Circo. Vicios circulares. Humo, tu boca en la manzana que luego voy a comer.
El todo. La nada. Tu boca. El rojo. La manzana. Mi delirio. Y allá al fondo un retrato de mi padre que me observa desde el otro lado de la muerte con su camisa arremangada cuando todavía no era mi padre, cuando todavía yo no existía en este mundo y vagaba libre por el universo como ahora lo hace él.
Ciclos. Cíclopes. Odiseas. Fantasía y realidad. Historias. Personas. Nosotros mismos dando vueltas, nadando en cielos eternos o ardiendo en la pasión de algún infierno. Cada uno de nosotros, solos o acompañados, dando vueltas con la nada que no deja de girar y nos marea y nos golpea y nos tira y una y otra vez volvemos a levantarnos para seguir bailando en círculos y a toda velocidad.

martes, 9 de junio de 2015

Cuasi convencida.

Con la obsesión queriendo amainar, conevnciéndome de que si uno desea mucho algo se cumple, intento no sucumbir ante pensamientos desesperados que engendran emociones que me encierran. Porque después de todo...¿quién me quita lo soñado?

Anoche tuve un sueño

Entré en el sueño  como se entra a una casa, por la puerta. Estaba abierta y un paso después todo se había distorsionado. Personas y objetos perdieron su forma y recuperaron su originalidad.



Salí del sueño como se entra a una casa que conocemos y está vacía. Como se entra a una casa querida por última vez, como se sale de un trance místico, de golpe, extraviada. Anclada en la contradicción plateada de una mañana otoñal.


Vivo cuando descansan mis ojos, 
cuando la materialidad de este mundo deja de limitarme, 
cuando las transparencias y nuevas formas me acarician con la noche.
Sueño como mecanismo de evasión de esta realidad que me condena. 
Sueño para sentir el universo dentro mío. 

Herencia

Transito las calles que tantas veces caminó mi madre, me reconozco en ellas.
Camino vocación. Amor. Coherencia. Ideología.

Vuelo, me desintegro, participo.
Me involucro.
Transformo.

Filosofía de vida. Ley de atracción. Universo.






jueves, 4 de junio de 2015

Runaway

¡Corramos!

¡Huyamos despavoridos hacia lugares que ya no existen a refugiarnos de nosotros mismos!

Se me tapan  los oídos de tanto silencio.

El tiempo pasa dulce, violento y lentamente.

Hoy

A veces las ganas de llorar son tantas que lloro.
La soledad me ahoga y me deja asfixiada por el piso.
Mojada la cara, corrido el maquillaje y los ojos y el corazón.

Años luz. Lunas. Un rato.

Entiendo que las medidas del tiempo son imprecisas e individuales.
                                                                                                            Entiendo y me tranquiliza


pero tengo un abismo en el pecho.
- construccióndeconstrucción -
                                     

       Lo que me lastima es el silencio.
 ¡malditos intervalos interminables de silencio mudo y seco!
       - inevitable distancia ansiedad desilusión -      


      Hay la tranquilidad.
y sin embargo una angustia calma se me aloja en el cuerpo.

Hoy comparto mis infiernos con la noche
                                 mientras el tiempo juega con nosotros.