lunes, 27 de abril de 2015

Blancura. Locura.

¿De qué color es tu locura? Hoy la mía es blanca y corre sin levantarse, se pierde en paraísos espirituales y disfruta de ser loca, de ser blanca.

Noeslomismo

Quererquelascosaspasen noeslomismo quehacerquelascosaspasen quenoeslomismo quelascosaspasen.

lunes, 20 de abril de 2015

Tarde gris



En este velorio que es mi vida hace unos días la foto de su obituario es lo más bello.



miércoles, 15 de abril de 2015

Cinco cosas que se pueden hacer con un frasco vacío

Llenarlo con cosas.

Usarlo de florero.

Estallarlo contra el piso con rabia o por descuido.

Ponerlo en un museo y que se vuelva una obra de arte.

Tirarlo a la basura.

martes, 14 de abril de 2015

A cerca de Cien años de soledad

Cien años de soledad es la novela más importante del escritor Colombiano Gabriel García Márquez. Se llama así porque la historia transcurre a lo largo de cien años en la que los integrantes de la familia Buendía, a pesar de ser muchos, transitan vidas colmadas de soledad marcadas de antemano por el destino que, plasmado en unos pergaminos escritos en sánscrito, pronostican la desaparición de la estirpe y del pueblo que fundaron. Es la soledad, como estado espiritual y no como  ausencia de compañía, el fundamento de su penar en un tiempo vacío y sin finalidad y se traduce en una falta de comunicación entre las generaciones.
Los  cien años reproducen el desarrollo de todas las civilizaciones (nacimiento, desarrollo, apogeo, decadencia, muerte) precisamente, las etapas por las que han pasado y siguen pasando la mayoría de las sociedades del tercer mundo.
La historia comienza con una regresión al pasado a partir de la memoria evocando un recuerdo frente a la certeza de la muerte. “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota…”
Cien años de soledad refleja recurrentemente la idea de la importancia de la memoria tanto para evocar el pasado como para eludir a la pérdida y siempre para enfrentar al presente. Hace alusión a la necesidad de recordar. Distingue un pasado muerto que quiere pasar por presente vivo y un presente vivo que recupera el pasado.

Hay dos matrimonios centrales en la historia: Ursula-José Arcadio y Aureliano Segundo-Fernanda.

Úrsula Iguarán, prima y esposa de José Arcadio Buendía, es el motor espiritual de la familia, por momentos la voz de la razón y la conciencia temporal del texto por su longevidad. Ella presenta el mito edípico, el incestoysusposiblesconsecuencias, la obsesiona la peligrosa idea de engendrar hijos con cola de cerdo.  Es una mujer activa, menuda, severa, enérgica, de nervios fuertes, emprendedora y trabajadora. Se mueve por intuición. Utiliza la percepción de sus sentidos para manejarse, comunicarse  y entender  la realidad que los otros no ven. Puede ver y hablar con los muertos. Se enfrenta a su marido. Trabaja. Alimenta a su familia y a los que no son de su sangre los acoge en la casa. Lidera Macondo por un tiempo. Es una matriarca dedicada y laboriosa que mantiene unida a la familia hasta que su lugar lo ocupa Fernanda. Cuida con constancia a sus hijos, a sus nietos y a sus bisnietos. Hace incontables arreglos en la casa.  En sus últimos años durante el aguacero pierde completamente la vista aunque se maneja por la casa como si viera y de a poco la demencia senil hace que se  le confundan los tiempos, las personas, los recuerdos con la realidad pero igualmente sabe lo que hace cada miembro de la familia. Queda postrada en la cama,  arraigada a un rincón de la casa y al olvido. Se consume sin dolor ni pena mientras sus tataranietos juegan con ella como si fuese una muñeca. Espera que deje de llover para morirse. Vive aproximadamente 120 años. Durante su entierro un calor sofocante invade Macondo. Ya centenaria hace un balance de su vida y de su descendencia, entiende a sus hijos.
Amaranta Úrsula, la única de seis generaciones que lleva su nombre, tiene un hijo con cola de cerdo pero logra lo que Úrsula Iguarán quiso para su estirpe: engendrar un hijo con amor.

José Arcadio Buendía es el fundador de Macondo. Abandona con su familia el  pueblo en el que vivían debido a la presencia del fantasma de Prudencio Aguilar, a quien  asesinó después de que éste lo ofendiera.
Es el patriarca de los Buendía. Es un hombre extraordinariamente fuerte y grande, con una imaginación asombrosa. De gran fortaleza física y voluntad inamovible, tiene ilusiones extravagantes y mucho interés por la ciencia  y la alquimia. Es aventurero e idealista. De ser un líder voluntarioso y emprendedor en su juventud pasa a ser  descuidado y holgazán. No atiende a su familia por indagar los inventos traídos por Melquíades. En su vejez se vuelve loco, habla solo, no le hace caso a nadie. Lo atan a un árbol y luego a la cama. Habla con Prudencio Aguilar, quien lo cuida, lo limpia y le da de comer. Cuando muere caen del cielo flores amarillas.
Es incapaz de ser padre y de amar a sus hijos. El difunde la soledad que marca a todos los personajes igualmente incapaces de ser padres. La relación entre padres e hijos es inexistente. Los padres se desinteresan de la prole.

Fernanda del Carpio es hija de una familia noble pero pobre. Nacida lejos de Macondo es criada en un ambiente de alta burguesía. Su infancia y adolescencia las pasa en un convento donde la preparan para ser reina. Cuando vuelve a su casa su madre había muerto, vive silenciosamente con su padre hasta que Aureliano segundo llega a buscarla para casarse con ella luego de verla en el carnaval de Macondo. Se casa enamorada. El matrimonio tiene a José Arcadio (Fernanda desea que estudie para papa), a Meme (Renata Remedios encerrada en un convento lejos del pueblo) y luego a Amaranta Úrsula (se va a estudiar a Bruselas).
Su carácter es dominante, neurótico y perfeccionista, con el que logra imponer sus rígidas costumbres en la casa de los Buendía luego de que Úrsula se quede ciega: Prohíbe comer en cualquier horario en la cocina. Acaba con el negocio familiar de de repostería y animalitos de caramelo. Se entera que Aureliano Segundo tiene otra mujer, pero se resigna a guardar las apariencias y éste permanece con las dos. Cierra las puertas de la casa para siempre. Balea al amor de su hija y luego la destierra. Cría a su nieto sin amor y no le dice la verdad sobre su origen. Hace todo lo posible para ocultar al mundo sus defectos. Su carácter es también oscuro, triste, y caprichoso, es muy religiosa, fría y desalmada.   Sus  pretensiones de nobleza le impiden  adaptarse bien a la vida de los Buendía. Mujer dura y conservadora vive de apariencias. Está enferma pero no quiere que la revisen y se cartea con médicos invisibles. Es hermética, no les cuenta la verdad a sus hijos cuando les manda cartas.
Su llegada a la casa de los Buendía marca el principio de la decadencia de Macondo.
Muere comida por la nostalgia de su niñez y la añoranza de volver a ver a sus hijos cuatro meses antes de que José Arcadio volviera de Roma y la encuentre intacta y “más bella que nunca”. Fernanda no fue amada. Vivió intoxicada de prejuicios.

Aureliano Segundo es hijo de Arcadio y Santa Sofía de la Piedad, gemelo de José Arcadio Segundo. Aureliano Segundo y José Arcadio Segundo son como espejos. Comienzan a diferenciarse en la adolescencia. En su infancia fomenta la soledad del taller del Coronel Aureliano Buendía. Parecido a los Aurelianos es callado, ensimismado y se interesa por la alquimia. Petra Cotes lo saca de su ensimismamiento y lo vuelve una persona extrovertida. Comparte por un tiempo a Petra Cotes con su hermano sin que ninguno de los dos lo sepa. Cuando descubre el amor también descubre las fiestas, el derroche y comienza a encarnar las características de los José Arcadios es monumental como el abuelo, es  bullicioso e impulsivo, sociable y parrandero. Disfruta de los placeres al extremo. Es dinámico, mujeriego y emprendedor. Hace de todo para casarse con Fernanda, tiene tres hijos con ella. Se pasa media vida en la casa de los Buendía y otra media en la casa de Petra Cotes. Mientras vive con la amante, el ganado se reproduce y su fortuna crece hasta la llegada del diluvio. Después del diluvio, su fortuna desaparece y Aureliano Segundo pasa los últimos años de su vida vendiendo rifas para mantener a su familia y para que su hija pueda ir a estudiar a Bruselas.
Muere por problemas respiratorios al mismo tiempo que su hermano. Durante el funeral  sus cuerpos son intercambiados y uno es enterrado en la tumba del otro.
Este matrimonio simboliza el cruce entre el recato y las “buenas costumbres” y el desenfreno de los placeres.
Los nombres se repiten y cada uno implica rasgos típicos. Las características de los personajes se heredan de generación en generación. Los nombres Aureliano y José Arcadio nos hablan del eterno retorno, de la historia cíclica. Entre las mujeres se repiten las Úrsulas, las Remedios y las Amarantas.  En esta identificación de rasgos comunes se pierde la individualidad. Todas las generaciones construyen continuamente para destruir, prisioneras de un círculo vicioso. La división entre las funciones de los hombres y de las mujeres perdura los cien años: los varones son activos y productores, trabajan, se enriquecen, van a la guerra o están dispuestos a lanzarse a aventuras descomunales. Las mujeres permanecen en el hogar, se ocupan de las tareas domésticas, en tiempos de crisis pueden generar algún negocio casero como los animales de caramelos o las rifas. Los hombres son caprichosos, soñadores, propensos a la ilusión, débiles y descarriados. En cambio las mujeres son sólidas, constantes y modelos de estabilidad y orden. Mientras que los hombres son amos y señores del mundo las mujeres son amas y señoras del hogar. Tiene una autoridad ilimitada sobre los hijos y nietos, aún cuando estos crecen. Deciden desde la cuna la vocación de los varones o el final de las mujeres. Existe una atracción apasionada entre los miembros de la familia.
Los personajes con más de cien años representan la tensión tradición-modernidad. El pasado no se pasa y el futuro no se advierte. Los vivos están muertos y se abstraen de la realidad en un largo período de no existencia. Hay una suspensión entre el mundo de los vivos y el de los muertos que genera que lo inactual adquiera una actualidad problemática. Los muertos representan un pasado no superado. Son muertos que no se mueren  y se congelan en las obsesiones que los caracterizan. Simbolizan un pasado tormentoso.
El realismo mágico tiene un fuerte arraigo en el continente y condiciona la manera de narrar y ver la realidad social, política y cultural de sus. Lo maravilloso refleja características típicas de los pueblos latinoamericanos. Hay una fuerte aparición de la naturaleza con proporciones grandilocuentes que acompañan  las peripecias humanas o las condicionan. En Cien años de soledad aparecen la conquista y el descubrimiento de América envueltos en la ficción. La temática de la tierra puede verse desde el comienzo de la novela marcado por la fundación de un pueblo dentro de una geografía latinoamericana. La novela  mezcla a las clases populares con la presencia de lo culto y civilizad.  Se da cuenta del mestizaje humano y cultural y la simbiosis de las tradiciones indígenas y la española. Se combinan la ciencia con la magia y lo indígena con lo criollo. Fenómeno fundamental para el desarrollo de la historia. La inestabilidad política aparece representada en la sucesión de guerras, revoluciones y contrarrevoluciones, dictaduras, colonización económica. Distintos personajes representan a las oligarquías nacionales, la miseria y humildad de los campesinos, la crueldad del hacendado, los explotados, sindicalistas, etc. La desigualdad social y la extranjerización de tierras de la mano de la explotación y la represión pueden notarse claramente en el caso de las bananeras. Macondo, este pueblo aislado de la civilización, de a poco va progresando y a la vez se destruye acompañado siempre por la presencia de la naturaleza.
Tanto los fluidos como el color amarillo son aspectos recurrentes. Simbolizan en la novela lo trágico, la descomposición, la muerte y la pasión. El amarillo es el signo precedente de la sangre. Los fluidos aparecen como metáforas que se desbordan, fluyen o dan asco como en cuestiones escatológicas. Generalmente están relacionados con lo corporal,  la pasión o con la muerte. Cabe observar que el olvido y la negación de la memoria están relacionados con episodios apocalípticos. El olvido influye en la vida de Macondo. Varios  puntos importantes de la novela residen en lo dudoso de la memoria, tanto individual como colectiva. La memoria constituida por selección, restringida por el olvido, formada por el lenguaje y reconstruida en función del contexto constituye un elemento fundamental en la obra de García Márquez. El libro en si es un espacio, una “máquina de la memoria” que mantiene vivo el recuerdo del reprimido.



Acto individual de utilización de la Lengua

Bla, bla, bla... Me escondo en la enunciación. Hablo de cualquier otra cosa.

Hablo pero en realidad lo observo sigilosa y lo analizo hasta el hartazgo. Calmame me dan ganas de decirle mientras lo distraigo con mi verborragia abarrotada de palabras gastadas, infinitamente repetidas y bien ubicadas para la evasión -que él también practica-.

Calmame las ganas, el amor, el ego.
Calmame los miedos, el cuerpo, la ansiedad.
Serename los pensamientos.
Destruime.
Inventame.
Besame.

Bla, bla, bla... intensidad desperdiciada.


sábado, 4 de abril de 2015

Autobiografía #2013


A veces soy invisible y lloro frente a los muertos que caminan a mi alrededor creyendo que están vivos.

Abrazo a los que prestan atención.
Sueño con aviones, la luna y velas encendidas.
Tengo amigos, madre, una casa.
Digo lo que pienso.
Hago lo que digo.
Me siento sola.
Me indigno.
Me desespero.
Caigo una, dos, mil veces.
También me tiro. Y todas me levanto.

Escribo para sobrevivir y perdurar.

Si fuera hombre me dejaría la barba.

(Todos necesitamos esa ventana abierta donde poder  reflejarnos para dejar de ver nuestro holograma en sombras que no son la nuestra.)