miércoles, 22 de abril de 2020

Lo bueno del monte es que no abunda el cemento

Ardo en silencio.

Una gota cae de la comisura de mi teta izquierda
hasta la bombacha de la bikini
-que sedienta la absorbe-.

Pétalos flotando en el aire
movidos por la brisa
se desintegran gozosos.

Cierro los ojos y veo el caleidoscopio cromático de mi interior.

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