¿De dónde agarrarse cuando la realidad te atropella?
Cuando todo es realidad, no queda otra y obstinada realidad.
Cuando la realidad no te miente, ni siquiera te susurra a los ojos. Cuando te despierta a gritos y te invade con sus más efectivos y punzantes silencios inquisidores, profundos, sin retorno.
Aprender a ser valiente, y recordarlo.
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