martes, 12 de mayo de 2015

Aunque nadie lo sospeche las cosas cambian.

Obtengo lo que quiero de gente que no me importa pero el tiempo a fuerza de perseverancia volvió parte de mi vida.
Sufro por lo que no existe.
Lo que no pasa me desvela.
La noche me pervierte los pensamientos y me corrompe las ideas.
El cinismo se aloja en la garganta.
Y ese vos particular que no aparece.
Y la gramática de los idiomas.
Murmuro en soledad, extraña de mí.
Otra vez el antes es mejor que el después. Y siempre hay un ahora y un después y un antes alternativamente.
Pongo tus manos transparentes sobre tus ojos y mis manos pequeñas sobre los míos.
Fuimos todos los rojos del fuego. Pero más la nieve.
 -Hablo sola. Me escucho. Escribo en voz alta.-
Nos damos la mano.
Nos vamos.
Hoy no caigo en los mismo errores.



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