domingo, 31 de mayo de 2020

Diario del fin del mundo #6

Día 62

Empezamos a implementar la estrategia que armé en las redes de la biblioteca. Hoy laburé con eso, me viene bien. Ya veremos si funciona.

El paisaje sonoro del lugar me calma.

Día 63

Esa noche 
el deseo y la cerveza 
hablaron por mi: lo invité a mi casa.
No vino. Tenía ganas y novia
me contó ayer por WhatsApp. 
Le reconocí que estuve mal, 
pero secretamente
no me arrepiento de haberlo hecho
aunque no lo recuerde.

Día 64

Me deslicé por el escalón del living y me di la cabeza contra el borde ¡por suerte! ovalado de la pared. Me salió el chichón más grande y duro de mi vida. A modo de prevención archivé en el placard las pantuflas del accidente. Me puse hielo. Me asusté. Me reí hasta llorar. 

Día 65

Le saqué una garrapata a Vicente. Laburé en el proyecto Biblioteca. Las pocas cosas que implementé se mueven bastante bien.

Es todo confusión 
hasta que 
salgo
y la sierra 
me abraza y como si fuera
un mantra me calma. 

Día 66

Mandé el ensayo sobre antologías eróticas a UOIEA! tengo otros textos para corregir y enviar. Mati me sugirió que escriba sobre Sbarra. La idea me gusta, no se si voy a lograrlo. No puedo distinguir si me niego o simplemente no puedo profundizar en temas que me interesan . La incertidumbre  de la página en blanco me suma más angustia en este contexto, representa más una amenaza que una aliada.

La verdad es que la cuarentena no ha cambiado mi vida cotidiana de manera muy marcada. ¿Es algo que debería afectarme? Lo que si cambian son mis emociones, mis miedos y mis inseguridades. ¿Qué carajos va a pasar? ¿Cuándo podremos abrazar nuevamente a otre ser humano? Me preocupan las futuras medidas restrictivas que puedan (llegar a convertirse) pasar  a ser "la nueva normalidad". Si "la nueva normalidad" no va  a equiparar de una vez por todas las desigualdades de este mundo, más que nueva,  va a ser la normalidad de mierda que ya conocemos pero peor. 

Día 67

De día el clima es agradable, el sol pica; de noche, hielo.  Fui a buscar leña chica para prender el fuego de esta noche. Por suerte el leñador que tengo dentro puede salir. Bajé por Colombia hasta el camino del molino. Crucé el río. En el hotel hicieron poda, llené la bolsa. Alguien tiraba piedras a las ventanas cerradas, pasó un auto destartalado, me crucé con una familia en bicicleta. 

Buscar ramas fue el acontecimiento del día. Me volví porque una piedra me cayó cerca y los dos tipos del auto destartalado me dieron desconfianza. Pensé que no me iban a pasar esas cosas acá pero sigo temiendo que uno o más hombres aparezcan de la nada y me violenten, menos que en capital pero la idea sobrevuela ¿será que siempre me voy a sentir insegura paseando sola?

Desde la ventana de mi habitación puedo ver como cae la tarde entre los árboles y el degradé cálido que le da paso a la noche. de fondo las lucesitas  de las casas en el monte.
Entre tanta incertidumbre y angustia, todos los días soy feliz un rato.

Día 68

¡Ritmo y decepción!

Él insiste, yo me resisto pero lo deseo.  Siempre lo mismo,  me atrae el incorrecto. Más me resisto, más insiste, más me gusta y conflictua el juego que propone. Actualiza mis fantasías, me estimula la escritura y en algunas noches  de esta cuarentena que parece eterna  me hago la ingenua, me vuelvo vulgar, me pongo perra y sin previo aviso corto amable pero abruptamente la situación para que la culpa no se haga carne . 

Escribí un poema que se prende fuego.

Día 69

A la noche, desde la ventana de la cocina, a lo lejos, se ven las  lucesitas de las casas. Detrás de las copas de los árboles se esconde un misterio que revela el otoño: cientos de ojitos  en la sierra se abren y se cierran siguiendo al viento como si fueran estrellas parpadeando.

Le mandé mensaje para que paremos con los jueguitos sexys. Está bien no anteponer un momento de placer sobre los principios. Tuvimos una charla bastante sincera, me agradeció.  Eso también me inspira, saber que tengo razón y que estoy actuando bien. ¡Que se yo! la invitación para hacer un trío estuvo bien aunque sea una mentira. 

Intercambié mails con Mati, me recortó el final del texto donde me proclamo feminista. Le dije que lo vuelva a incluir porque es fundamental. El ida y vuelta suma. Suma recibir sugerencias, intercambiar opiniones, defender posturas, trabajar los textos colectivamente, compartir intereses, leer gente piola, tener algo que decir, tener ganas de contar y  tener un espacio donde poder hacerlo. En la semana sale el N° 4 de UOIEA!

Escribí otro poema incendiario, programé algunas cosas de la Biblio y me anoté en dos talleres gratuitos, uno con Verónica Yattah y otro con Andi Nachón. 

Hablé con Nacho. Le mandé mensaje a Jesús para ver cómo anda. Ni pelota. Dios se da el gusto de responder cuando quiere. 

Día 70

Ayer pensé en mi casa vacía y cerrada desde principio de año, en el piso desierto por la mudanza y el suicidio de Elida, en la cantidad de historias que se esconden en cada uno de nosotrxs y en como se reflejaba la luz en las paredes.

Día 71

Escucho música, bailo y lloro bajo el sol mientras veo un pajarito, sobre una rama, que se va volando y también sonrío. 

Entre ayer y hoy me dedicaron, indirectamente, dos canciones. Amores adolescentes que con sus ansias revelan mis espacios vacíos, los llenan por un rato pero no pueden habitarlos. 

Hoy pude dejar el mundo atrás y respirar.

En portugués "me enamoré" se dice "me apaixonei" ¡me apasioné! Es tan acertado el término, tan hermoso y tanto más descriptivo.

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