domingo, 17 de mayo de 2020

Diario del fin del mundo #4

Día 42

"Ojalá estuvieras acá" disparó. Intento 
resistirme pero hay algo del deseo manifiesto que me conmueve 
y me enternece (y también 
me fastidia que no me lo diga quien quiero que me quiera). 

Cuando me cae bien me caigo mal. 

Me cae bien cuando no intenta convencerme de no sé qué cosas, eso me irrita. Me irrita el modo adolescente, 
me irritan los recuerdos. Intento 
superarlos junto con
la idea latente de que ser vulnerable es ser débil 
contándole lo que me pasa. 

Diez años después mejor decir que callar.

Tomé 
tres whiskys y 
tres copitas de vino, 
                              todo es más gracioso, más liviano.
Tomé 
dos whiskys más y 
un ron con naranja.

Día 43

Resaca.

En la ducha me entró agua en los oídos, por un rato pareció que estuve bajo el agua. Los sonidos distorsionados, las ideas cerca, el corazón al alcance de la mano y el mundo cotidiano suspendido.

Día 44

Me había olvidado lo bien que me hace vestirme de manera decente y salir a la calle. La vista panorámica de La Falda me airea la mente. 
Pensé en él y no me importa si está bien o si está mal, no quiero. 


Respetar las prioridades, recordarlas.
Cruzar la frontera de la cordura sin miedo de olvidar el camino de regreso.
Prestar atención, despojarse de lo accesorio.
No insistir en los errores. Tener paciencia.
Flotar. Fluir. Amar sin temores.
Respirar.


Día 45

Clorofila.
Luces en la pileta.
Lo impuesto y lo que hacemos de otra manera.
C es mi mejor fantasía. 
Le pongo su cara al amor que pretendo.

Día 46

Soñé que cumplía siete años y que mi papá no llegaba a la fiesta. Mi mamá había decorado con fotos una pared de la casa que no era ninguna de mis casas. Yo me dedicaba a mirarlas y a esperar que llegue mi papá sentada en un sillón comiendo bolitas de cereal bañadas en chocolate. Un hombre al que no le vi la cara se sentó enfrente mío y me explicó que él no podía venir porque estaba muy lejos. Un momento antes de despertar recordé que había muerto.

Es domingo,estoy triste y aburrida.

Día 47

Mi imaginación 
quiere pensar que seríamos 
una pareja alegre, comunicativa y osada
pero se que no, que más bien todo lo contrario.

Vi el amanecer antes de irme a dormir. 
Comienza el frío y no hay nadie a quien abrazar.

Día 48

Lo bueno de que los árboles 
pierdan las hojas y los colores 
es que se ven los pájaros, 
que son muchos, posados sobre las ramas.
El pasto crece 
y todavía
sigue habiendo flores.

Día 49

No pasó nada. Pasó de todo.

Día 50

Todo parece extraño y es tan natural. 
Me quedo quieta y aunque no parezca el mundo se mueve.
Sólo resisto el paso del tiempo mirando pantallas.

Día 51

Me desperté. Sufrí. Me voy a dormir.

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