domingo, 10 de mayo de 2020

Diario del fin del mundo #3

Día 32

Es domingo, todo el día me dediqué a leer y me voy a permitir no reflexionar y evitar la caída libre. Terminé Apegos feroces. Su sinceridad me hizo sentir liberada y triste.

Día 33

Mariano me habla del dolor, me cuenta del suyo y del trance de la mañana. Es cierto que cuando el dolor es fuerte y constante todo lo demás se desdibuja y el tiempo se vuelve una masa amorfa sin principio ni final. Recuerdo sus gritos de dolor y el sufrimiento, el letargo eterno, los pasillos del hospital, mi impotencia, nuestra angustia, el cansancio, sus descansos velados y la certeza de saber que el dolor iba a aparecer una y otra vez sin reparos y que de la morfina no hay vuelta atrás. El encierro empieza a hacer estragos en mi. Si bien la cárcel que nos conseguimos es espaciosa y luminosa, hay algo de la obligatoriedad que me sofoca la mente. Los miedos y las inseguridades se pasean dentro mío, se vuelven ansiedad, monotonía. 
Creció una flor violeta en el medio del jardín.

Vence tus miedos;
cada uno de ellos es un deseo
que se camufla.
                                         Gurdjieff

Día 34

En el sendero que la gente del lugar armó detrás del alambrado del terreno lindante hay una piedra que parece un zorro echado. El otoño se hace presente y la copa de los árboles se llenan de colores cálidos. Que me guste alguien sin estar obsesionada es un pequeño paso para la humanidad y un gran paso para mi persona. Accionar es la clave. 

Día 35

Hoy va a haber una lluvia de meteoritos (nos la perdimos, fue ayer). Hace calor y el viento suena como una cortina de agua. Gustó la propuesta que hice en la biblioteca, la idea es posicionarla y expandirla más allá del territorio. Nuevo desafío. Me uní a un grupo de facebook que es una biblioteca virtual, bajé libros como en trance, espero leerlos con la misma velocidad.

Día 36

Quisiera ser una medusa.
Deslizarme ágil y fluidamente bajo el agua.
Sentir el elemento denso sostenerme.
Avanzar liviana.

Día 37

Noto los estragos que el aislamiento social obligatorio empieza a hacer en mi mente y en mis sentimientos y pienso en los encierros que no son voluntarios.
Me acuerdo de Walter, que estando preso se volvió evangelista ( más para no pasarla tan mal que por convicción, creo). En lo desquiciante que debe ser vivir tras las rejas en condiciones de hacinamiento y violencia constante.
Recuerdo con tristeza el geriátrico donde abandonaron a la tía María, lleno de viejitxs esperando la muerte solxs y maltratadxs.
Imagino a esas mujeres que no pueden escapar del círculo de la violencia machista y viven sometidas, maltratadas, amenazadas, perseguidas, temerosas y en tantos casos finalmente mueren, es decir, son asesinadas.

Día 38

Terminamos la segunda temporada de After Life, una serie escrita y protagonizada por Ricky Gervais, una comedia negra exquisita. Quedé golpeada, ahora voy a llorar por cualquier boludes mínimo una semana.

Día 39

El jardín está cubierto de gotas plateadas, benteveos de pechitos amarillos y antifaces negros, una especie de gorriones regordetes, unas avecitas de pico largo  y la estrella del día, un pájaro carpintero atigrado de copete rojo. Por la ventana veo también las hojas amarillas de los árboles y la bruma otoñal.
Vicente duerme estirado a mis pies. 
Hoy la lluvia y el silencio me calman.

Día 40

Dormí. Desayuné. Leí. Comí. Dormí.


Día 41

Soñé que hacía parapente por la ciudad con Andrés. Aterrizaba en la esquina de la casa de mi infancia. En el PH estaban mi mamá y mi tía mirando la tele en la habitación de mi mamá. Las extraño a ambas de maneras diferentes, las abrazo en mis sueños.

La noche está fresca y despejada. Después de tantos días lluviosos está bueno ver nítido los árboles, ver las estrellas. 

Laburé en el proyecto de la biblioteca, me pude concentrar un rato largo. Me está por venir. Tengo un hambre voraz y ganas de llorar, no va a tardar en aparecer el fastidio.






No hay comentarios:

Publicar un comentario