En plena posguerra italiana, Blasetti, director de
cine, realiza castings para seleccionar a la próxima niña que actuará en su
nueva película. Maddalena llena de vitalidad, energía e ilusión intentará con
mucho esfuerzo que su pequeña María, una niña de 7 años, sea elegida para el
papel. Esta madre italiana obsesionada en creer que con la fama de su hija su
familia encontrará la felicidad y podrán salir de la miseria confiará en Alberto
Annovazzi, un estafador que se presenta como cazatalentos. Finalmente luego de
tanto empeño, de invertir tiempo y dinero que necesitaba para poder vivir,
desiste de la idea en pos de conservar su dignidad.
Es en el final de la película cuando Maddalena, luego
de ver como los empresarios se burlan de la pequeña, se da cuenta de manera
desgarradora y con lágrimas en los ojos que no tuvo en cuenta la felicidad de
su hija. Lo prometido por la pantalla se desvanece al entrara en contacto con
la realidad y la ilusión se vuelve desesperanza. En una intensa escena final en la que los
productores cinematográficos llegan a su casa para que firme el contrato de la
niña, Maddalena irascible rechaza la oferta que podría haber salvado
económicamente a su familia y de esta manera asume con actitud su modesta vida
pobre pero honrada. La madre decide no sacrificar la vida de su hija
introduciéndola en un mundo de éxito fácil, deshumanizado y sin escrúpulos.
El melodrama que recorre el film podemos observarlo en
el retrato de sus personajes, en sus vidas pero sobre todo en sus pasiones y
desilusiones, en el destino al que se ven arrastrados dadas las circunstancias
sociales, políticas y familiares, en las escenas donde las niñas muestran sus
virtudes y las madres -esas mujeres que se desloman para sacar adelante a su
familia y que a pesar de todo siguen soñando- luchan porque las nenas destaquen,
en las casas de los vecinos, en las reuniones familiares de patio y ventanas,
en la atmósfera costumbrista. Bellísima
es una película dramática con una fuerte carga moral y emocional que intenta
ser lo más realista posible dando connotación humana a los resortes
sentimentales y apasionados que mueven a los personajes.
Es interesante destacar que Visconti contrapone dos
mundos. Por un lado la protagonista es modelo de autenticidad y por otro, el
mundo del cine sinónimo de falsas realidades y engaños. Mostrando sus
escenarios, técnicos fracasados, artilugios y confusiones, presenta al cine
como una fábrica de sueños imposibles. Y de esta manera cuenta la historia de
la supervivencia de los explotados.
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