jueves, 12 de marzo de 2015

Roma Ciudad abierta de Roberto Rossellini

Filmada con un presupuesto muy reducido debido a la crisis económica que sufría Italia el guión se basa en la historia real de un sacerdote que ayudaba a la resistencia italiana. La acción dramática tiene lugar en Roma durante la ocupación nazi. Cuenta historias de resistencia y lucha. La de “Pina” (Magnani), una viuda, madre de un hijo de 8 años, Marcello; que se cruza con la de Giorgio Manfredi/Luigi Ferraris (Pagliero), comunista, miembro de la Junta Superior de la Resistencia romana; la de Pietro Pellegrini (Fabrizi), un cura que asiste a rebeldes y desertores alemanes; y la de Francesco (Granjacquet), miembro de una publicación clandestina y novio de “Pina”. Estos personajes junto con los vecinos, los niños y todos los que sufren y luchan por la libertad, representan al pueblo de Roma, el verdadero protagonista de esta historia.
        Participan actores aficionados y grandes actores profesionales. Se captan personas reales en escenarios conocidos (calles, espacios abiertos, casas, iglesia). El relato: sincero, verosímil y auténtico, rompe las convenciones narrativas hasta ese entonces utilizadas e impone cambios en la manera de mirar, explicar y narrar. Rossellini muestra el sufrimiento popular contando la historia de unas personas que no se quedan con los brazos cruzados ante la ocupación nazi. Se acerca  a las situaciones que generan los totalitarismos de manera espontánea, natural, sincera y verosímil. Y eso lo logra con una puesta en escena nada artificiosa. Filma en escenarios reales cargados de elementos documentales que generan una sensación de realidad. A través de un cine cercano a lo cotidiano y despojado de juicios morales es como logra que el realismo se apoye en la neutralidad del relato y así reducir el dolor a niveles soportables para los espectadores.
Lo verosímil podemos encontrarlo: en los escenarios reales; en los gestos de la cara de Anna Magnani, ícono cinematográfico de la gente sencilla; en los diálogos; en la madurez de los niños que han vivido una guerra; en la determinación de un sacerdote que no se queda sin actuar ante los nazis; en el riesgo que corren los hombres que se comprometen con la liberación; en la traición, la inmoralidad y el transcurso de los acontecimientos pero también en la esperanza y el amor para seguir creyendo en el mañana.

Roma ciudad abierta es una representación creíble y emocionante del clima de opresión, impunidad, excesos, muerte y lucha que se vivía en Europa en aquella época. Rechaza la violación de los derechos humanos, las ideologías totalitarias y los abusos. Enaltece la solidaridad ciudadana, la capacidad de resistencia, la lucha, la dignidad, la libertad y la esperanza. . E invita a la tolerancia entre ideologías distintas y a la colaboración para el bien común.

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